El Forjista

El significado del peronismo 1946 -1955

La doctrina

El contenido ideológico del peronismo tiene nutrientes que procedían de distintas corrientes, con una amplitud propia de los Movimientos Nacionales que reciben en su seno a mujeres y hombres de los más diversos orígenes quienes llegaban con sus ideas conformadas en las luchas precedentes.

Perón trató de nuclear en torno de banderas comunes a proyectos que aunque distintos tuvieran un denominador común en la justicia social y la independencia nacional. Eso se vislumbró en el Movimiento Obrero con dirigentes sindicales que arribaron desde el socialismo o el anarquismo, este último ya en franco retroceso y en vías de extinción.

Aquellos que llegaron desde el campo de la cultura lo hacían desde el radicalismo, el nacionalismo o el socialismo, hombres que desde décadas anteriores buscaban muchas veces de manera solitaria una salida nacional y popular.

Nacionalistas como José Luis Torres implacable denunciante de la corrupción y la entrega económica encarada por los gobiernos de la Década Infame, precisamente fue Torres quién la bautizó de manera tan exacta, un historiador como Ernesto Palacio adhirió a este proyecto ocupando una banca en la Cámara de Diputados. El nacionalismo quedó dividido entre aquellos sectores que se identificaron con el gobierno peronista y quienes se transformaron en furiosos opositores principalmente porque les disgustaba el carácter plebeyo del movimiento.

Desde años anteriores a la aparición del peronismo, un pensador que había roto con el conservador Partido Socialista predicaba por toda América Latina la imperiosa necesidad de la unión de estos países en una sola Nación, Manuel Ugarte fue embajador del gobierno peronista, su prédica unificadora aún ahora permanece oculta para el grueso del pueblo argentino.

Uno de los aportes más importantes estuvo dado por los hombres de FORJA que desde la década del 30 denunciaban el carácter expoliador del capital inglés y bregaron por un consecuente nacionalismo económico que concluyera con la dependencia semicolonial de nuestro país. FORJA se disolvió luego del 17 de octubre de 1945 para integrarse al Movimiento Nacional. Sus hombres dieron la batalla ideológica luego del golpe de estado de 1955.

La división mundial producida luego de la Segunda Guerra Mundial posibilitó el surgimiento de la denominada Tercera Posición Ideológica que desde una óptica nacional buscaba respuestas a las necesidades de nuestro pueblo sin caer en ningún tipo de sumisión a las potencias dominantes.

En el Congreso de Filosofía realizado en Mendoza en 1949 Perón explicitó su proyecto ideológico a través de planteos generales buscando dar sustento al plan político desarrollado desde el gobierno.

Dicho pensamiento se basaba en el equilibrio de las ideas predominantes en el Mundo, Perón explicaba que debía dedicarse el mismo interés en el progreso material que en el aspecto espiritual del ser humano.

Contrariando la concepción del liberalismo imperante hasta ese entonces en el país cuestionaba el individualismo y el egoísmo como razón última de los actos de los hombres: “Pero el egoísmo es, antes que otra cosa, un valor negación, es la ausencia de otros valores, es como el frío, que nada significa sino ausencia de todo calor. Combatir el egoísmo no supone una actitud armada frente al vicio, sino más bien una actitud positiva destinada a fortalecer las virtudes contrarias; a sustituirlo por una amplia y generosa visión ética. Difundir la virtud inherente a la justicia y alcanzar el placer no sobre el disfrute privado del bienestar, sino por la difusión de ese disfrute, abriendo sus posibilidades a sectores cada vez mayores de la humanidad; he aquí el camino” (52)

La imprescindible armonía entre individuo y sociedad, entre espíritu y materia, donde la exclusiva acentuación de uno de los componentes no anule al otro, en eso consistía la verdad sencilla, simple, pero no por eso menos exacta del pensamiento del peronismo de aquellos años. Ni el Estado era todo, ni el individuo, menos aún cuando ciertos individuos logran hacerse de un poder con el cual no pueden competir otros individuos, y de esa manera pueden imponer su voluntad a los demás. La introducción de estos elementos de discusión que hasta el momento prácticamente se limitaban a las opiniones del marxismo y el liberalismo no resultaba para nada ociosa ni carente de sentido, en este equilibrio se busca un camino propio al margen de las potencias dominantes.

En esta búsqueda, muchas veces contradictoria, también se intentaba fomentar la solidaridad en el seno de la sociedad como un valor esencial, en ese trabajo se decía: “….el transito del yo al nosotros” no como “un exterminio de la individualidades, sino como la reafirmación de éstas en su función colectiva”. (53)

Apartarse de los postulados del liberalismo constituía un principio inmodificable pero también se acentuaba la idea que el Estado no debía ser una institución sofocante de la iniciativa y la creatividad, copada por una elite que monopolizaba el poder y los beneficios. “En la consideración de los supremos valores que dan forma a nuestra contemplación del ideal, advertimos dos grandes posibilidades de adulteración; una es el individualismo amoral, predispuesto a la subversión, el egoísmo, el retorno a estados inferiores de la evolución de la especie; otra reside en esa interpretación de la vida que intenta despersonalizar en nombre de un colectivismo atomizador”. (54)

Es inexacto que Perón fuera un pragmático despreocupado por establecer una base ideológica, por el contrario existió un planteo a lo largo de su vida de establecer una serie de pautas doctrinarias, un marco ideológico con la suficiente amplitud como para preservar las ideas de aquellos que confluyeron tras su figura. Esta ideología no fue sistematizada y requiere de un esfuerzo intelectual por parte de aquellos que siguieron su senda.

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(52) La Comunidad Organizada Juan Domingo Perón Ediciones CEPE 1973 pag 46
(53) Idem pag 52
(54) Idem pag 76

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