El Forjista

Biografía de Juan Domingo Perón

Capítulo 62 - El regreso

Como un juego de ajedrez los participantes estelares, Perón y Lanusse, van haciendo sus jugadas, el gobierno establece la segunda vuelta en las elecciones presidenciales, de esa manera, espera que el antiperonismo reunido pueda derrotar a su adversario que cuenta cada vez con mayores adhesiones, no sólo por el apoyo de los trabajadores, sino que con el reciente arribo de sectores juveniles de clase media.

El 2 de noviembre de 1972 Perón designa Secretario General del Consejo Superior Peronista a Juan Manuel Aval Medina, hermano de Fernando el primer jefe de Montoneros, unos días después conjuntamente el Consejo y las 62 organizaciones anuncian que Perón regresará al país el 17 de noviembre.

Al día siguiente del anuncio Lanusse le habla al país comunicando que el gobierno garantizará la vida y la seguridad del líder que retorna y recurre al eufemismo que no habrá un retorno al pasado, en un mensaje apenas disimulado que hará todo lo posible para impedir que Perón regrese al gobierno.

El 13 de noviembre se reúne con los generales que se encuentran en un estado de conmoción producto del anuncio del regreso de Perón, intentando tranquilizarlos en el sentido que no existe ningún acuerdo secreto con el líder peronista y desliza la idea que aún sigue dudando que efectivamente Perón esté dispuesto a retornar.

El 14 parte desde Ezeiza con destino a Roma un avión de Alitalia alquilado por el justicialismo para el regreso de su líder, en él viajan personalidades destacadas del peronismo como Cámpora, el  padre Mugica, el historiador José María Rosa, Rodolfo Ortega Peña, Eduardo Luis Duhalde, Leonardo Favio, Hugo del Carril, la escritora Marta Lynch, Marilina Ross, la modelo Chunchuna Villafañe, el futbolista José Francisco Sanfilippo, el actor y director Juan Carlos Gené, Jorge Taiana, los dirigentes políticos Angel Robledo, Antonio Cafiero, Benito Llambí, Alfredo Gómez Morales, Deolindo Bittel, Juana Larrauri, Ricardo Obregón Cano, Raúl Lastiri yerno de López Rega, Eloy Camus, Jorge Cepernic y los sindicalistas Casildo Herrera y Lorenzo Miguel, entre otros.
La CGT declara un paro general para el día del regreso, Perón junto a Isabel y López Rega y otras seis personas viajan desde Madrid a Roma. Para su regreso a la patria utilizará un pasaporte paraguayo.

Con 79 años y una profunda emoción Perón inicia un regreso con el que soñó infinidad de veces, conviviendo con el temor de que tal vez nunca lo pudiera concretar, fue el 16 de noviembre a las 23:59 horas cuando el avión de Alitalia Douglas DC 8 se elevó de la pista del aeropuerto de Fiumicino en Roma, hubo una escala en Dakar para luego dirigirse a Buenos Aires.

Abordo había un clima de euforia se entona varias veces la marcha peronista, pero al llegar a destino, Perón da indicaciones para entonar el himno nacional.

Las Fuerzas Armadas se comportan como un  ejército de ocupación movilizando 30.000 efectivos para evitar la expresión popular, numerosas columnas de jóvenes y trabajadores intentan llegar hasta Ezeiza para manifestar su apoyo al jefe de Movimiento, el gobierno estaba firmemente  dispuesto a impedirlo, no quería que los argentinos supieran del cariño que despertaba en amplias capas de la sociedad la figura de un dirigente tantas veces calumniado por los gobiernos que se sucedieron desde 1955 y una prensa siempre al servicio de los poderosos.

A las 11:15 horas el avión aterrizaba en Ezeiza, los pasajeros entonan con toda la voz que tienen el himno nacional, la dictadura intentará otra maniobra, el comodoro Julio René Salas sube al avión y le informa a Perón que el gobierno sólo había permitido la presencia de 300 invitados para que concurrieran a Ezeiza y que había 1500 periodistas acreditados pero que no le estaba permitido hablar con ellos.

El militar le indica que puede bajar acompañado por tres personas y alojarse en el hotel del Aeropuerto de Ezeiza, las otras opciones que se le ofrecen son permanecer en el avión o regresar a Roma, Perón opta por aceptar el alojamiento en el hotel.

Al descender, un auto lo acerca hasta las 300 personas que habían concurrido a recibirlo, entre ellos se encuentran dirigentes históricos como Domingo Mercante y Carlos Aloé, al salir del auto concurren a su encuentro Abal Medina y Rucci, este último abre un paraguas para protegerlo de la lluvia, quedando inmortalizados en una histórica foto, luego de saludar a los concurrentes se aloja en la habitación 113.

Los comandantes están desorientados por este regreso, sólo atinan a impedir que los adherentes concurrieran a recibir a su líder, los múltiples intentos de la militancia por acercarse por cualquier medio al aeropuerto provocaron que años después se instituyera el 17 de noviembre como el día del militante peronista.

El secretario de la Junta Militar, el brigadier Ezequiel Martínez pide reunirse con Perón quién envía a Cámpora en su representación, el militar pretende conocer las intenciones del líder retornado y cuánto tiempo permanecerá en el país, Cámpora le anuncia que Perón está ansioso por comunicarse con el pueblo argentino para lo cual pretende dar una conferencia de prensa y dejar el hotel lo antes posible, el brigadier le indica que por ahora no podía abandonar el hotel, en una muestra que la dictadura pretendía limitar su libertad.

Lo que sí le permiten es reunirse con dirigentes políticos, por la tarde se reúne con dirigentes del denominado Frente Cívico de Liberación Nacional FRECILINA, participaron de la misma Frondizi, José Antonio Allende, Solano Lima, Jorge Selser, Alberto Fonrouge, Mario Amadeo, Marcelo Sanchez Sorondo y Eduardo Paz, varios de esos políticos habían sido enconados adversarios del peronismo. También participan Cámpora y Rucci, luego de esa reunión se anuncia que no habrá ningún tipo de compromiso con el gobierno.

Un comisario se dirigió a la habitación de Perón para indicarle que no podía abandonarla hasta tanto existiera una orden del comando de la Base Aérea, aunque no lo dijeran en esos términos Perón estaba detenido, por eso les dice a sus acompañantes que intentará dejar el hotel y que de no poder hacerlo dejará en evidencia que se encuentra prisionero.

Cuando intentan abandonar el hotel el comisario saca un arma, Lorenzo Miguel se interpone entre el policía y Perón, ante el cariz de los acontecimientos decide retornar a la habitación y escribe un comunicado para que el pueblo se entere lo que está ocurriendo.

El Secretario de Prensa del gobierno, Edgardo Sajón anuncia por la noche que Perón no se encuentra detenido y el comodoro Salas comunica que el líder es libre de abandonar el aeropuerto.

No obstante, cuando intentan salir por la noche, soldados armados se lo impiden, el brigadier Martínez se comunica con Cámpora para informarle que recién a las 6 de la mañana podrán dejar el hotel, toda esta maniobra del gobierno fue para evitar que quedara en evidencia el fervor de gran parte de la población por el regreso de Perón.

Una vez liberado de las trabas de la dictadura se dirige a la localidad de Vicente López a una casa en la calle Gaspar Campos, que en un rato se convierte en un lugar de constante peregrinación de los militantes peronistas, al poco de llegar ya hace su primera aparición en el balcón para saludar a la multitud reunida, a lo largo del día y las sucesivas jornadas debió salir en varias oportunidades a saludar a los presentes en el lugar.

Pero había una minoría que salió a mostrar su resentimiento e intolerancia, el Partido Socialista Democrático presidido por Américo Ghioldi que junto con el Almirante Rojas era exponente de un extremismo antiperonista enfermizo, expresó su disgusto por el retorno de líder exiliado en tanto que el almirante Jorge Palma declaraba que: “Perón en la Argentina es como tener una serpiente en el living de la casa”.

Otros dirigentes que también había sido adversarios del peronismo asumieron otra conducta, el radical Ricardo Balbín, intentó reunirse con Perón, pero no pudo hacerlo en los primeros días por la multitud reunida en torno a su casa.

El 20 de noviembre dirigentes políticos y sindicales se reúnen en el restaurante Nino al que concurren Perón, Balbín, Raúl Bustos Fierro por el denominado Encuentro de los Argentinos, Horacio Sueldo por el Partido Revolucionario Cristiano, Claudio Sagol por el Partido Intransigente, Héctor Sandler por UDELPA, Abelardo Ramos por el Frente de Izquierda Popular FIP. El Partido Comunista y el Partido Socialista de los Trabajadores estaban invitados pero decidieron no concurrir.

Al día siguiente por la noche Balbín lo visita en la casa de Gaspar Campos, puede ingresar por el fondo subiendo por una escalera para sortear una pared, a la salida el dirigente radical anuncia al periodismo que no han arribado a ningún tipo de pacto electoral pero sí se han puesto de acuerdo en cuanto a condiciones para los próximos comicios.

Según Joseph Page, Perón llegó a considerar la posibilidad de una fórmula compartida con Balbín, pero el radical rechazó esa posibilidad, pero dejó abierta la posibilidad de colaborar con el futuro gobierno.

A los pocos días queda conformada la agrupación con la cual el peronismo se presentará a las elecciones se llamará Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) conformado por el justicialismo, el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) liderado por Frondizi, el Partido Popular Cristiano una escisión de la Democracia Cristiana, el partido Conservador Popular de Solano Lima y algunos partidos provinciales.

Perón también decide que el candidato a presidente al que llevará ese frente sea Héctor J. Cámpora y le deja instrucciones a Abal Medina sobre la fórmula presidencial antes de viajar al Paraguay, pueblo con el que estará eternamente agradecido por las constantes muestras de afecto en los momentos más difíciles de su exilio.

El 15 de diciembre de 1972, 200 congresales del Partido Justicialista se reúnen en el Hotel Crillón, todos los grupos internos plantean que el candidato debía ser Perón, se decide enviar un telegrama al Paraguay, el líder agradece el ofrecimiento pero lo rechaza y le aconseja al Congreso seguir las instrucciones de Abal Medina, una vez recibida la respuesta se decide aprobar la fórmula presidencial Cámpora-Solano Lima.

Comienzan a aparecer los primeros enfrentamientos internos, la elección de la fórmula para gobernador de la Provincia de Buenos Aires se convierte en un área de disputas, un sector de derecha realiza un congreso el 16 de diciembre para designar a Manuel de Anchorena de una tradicional familia terrateniente, y Manuel Guerrero de la Unión Obrera Metalúrgica, Abal Medina concurre a ese Congreso pero no se lo deja hablar, por lo que decide comunicar de la situación al Comando Superior Justicialista que determina la expulsión de Anchorena y otros dirigentes, la fórmula del justicialismo a la gobernación estará conformada por Oscar Bidegain y Victorio Calabró.

En otras provincias también se van designando a los candidatos, Córdoba designa a Ricardo Obregón Cano al que acompaña el dirigente sindical de la Unión Tranviario Automotor UTA, Atilio López, en Mendoza también se conforma una fórmula representativa de los sectores combativos liderada por Alberto Martínez Baca.

Luego del Paraguay, Perón viaja a Perú donde se estaba desarrollando una profunda transformación social y de recuperación del patrimonio, liderada por el General Velazco Alvarado, por el que Perón muestra su admiración, luego regresa a España donde pasa las fiestas de fin de año.

A lo largo de 1972 las acciones guerrilleras se convirtieron en hechos cotidianos, mostrando un incremento notable, en diciembre se produjo el secuestro del Gerente General del Frigorífico La Anglo, Ronald Grove, el que es liberado luego de pagarse el rescate. Se produce el asesinato del contraalmirante Emilio Berisso.

Consultado por estos sucesos de violencia Perón responde “Si yo tuviera 50 años menos, no sería incomprensible que anduviera ahora colocando bombas o tomando justicia por propia mano”.(1)

Perón concede gran cantidad de entrevistas donde se explaya sobre los más diversos temas, en uno de ellos se refiere a los sindicalistas mostrando las diferencias entre aquellos que integraban el participacionismo como Coria y quienes eran leales al Movimiento, señalando a Rucci como uno de estos: “Hace treinta años que yo vengo notándolo, hijo. En la acción sindical hay mucha burocracia. Por otra parte, nadie tiene una experiencia más dolorosa que yo sobre eso. Porque yo los he visto defeccionar a muchos en el momento más decisivo de nuestra historia política, los he visto defeccionar a ellos, a los dirigentes sindicales…Ahora, políticamente pueden manejar muy poco ¡Qué va a manejar Coria! Por eso lo tenemos a Coria, lo tenemos a Rosales, que sabemos que va todos los días a verlo al coronel ese el coronel Vermichelli, como se llama Cornicelli. Van todos los días, Ya nosotros conocemos y los tenemos vigilados, sabemos los días que van, hasta lo que hablan con Cornicelli…El manejo sindical está en la CGT y allí estamos seguros, porque lo tenemos a Rucci, que hace lo que debe hacer”.(2)

También se expresa sobre las tareas prioritarias que le aguardan al nuevo gobierno, en un reportaje del 11 de enero de 1973 expresa: “Aquí hay que liberarlo al país. Y la liberación comienza por liberarlo del ejército de ocupación que representan estos grupos militares, ejército de ocupación que ha venido trabajando para el imperialismo, sino el imperialismo no hubiera copado el 75 por ciento de la actividad del país, como la ha copado…Entonces lo primero que hay que hacer es liberar el país ,pero primero de ese flagelo que es el Partido Militar, después, hay que liberarlo del imperialismo y recién después se podrá pensar en reconstruir lo que se ha destruido y desarrollar el país mediante un plan bien articulado”. (3)  
 

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(1) Norberto Galasso, Perón. Exilio , resistencia, retorno y muerte. Tomo II Colihue 2011 Pag. 1149

(2) Idem

(3) Idem Pag. 1153

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