El Forjista

Biografía de Juan Domingo Perón

Capítulo 8 - El Estatuto del Peón

Si hubo una medida trascendente durante ese gobierno fue el Estatuto del Peón por ocuparse y brindarle derechos al sector trabajador más explotado que nunca había sido atendido por el Estado, que la oligarquía terrateniente haya sido tradicionalmente el sector predominante de la política y la economía había determinado que los trabajadores rurales fueran los permanentes olvidados y su situación lindante con la indigencia.

El 15 de octubre de 1944 es anunciada la sanción del Estatuto del Peón que establecía derechos laborales para los trabajadores rurales como el jornal mínimo, el descanso dominical y durante la jornada, prestaciones de alimentación y vivienda, condiciones de higiene, provisión de ropa y calzado, asistencia médica, vacaciones e indemnización por despido.

En un discurso desde Junín Perón remarcaba lo trascendental de la decisión: “Sé bien que ello no agradará a algunos patrones sin conciencia. Sé también que será motivo de críticas por parte de algunos merodeadores de las grandes empresas y escribas sin escrúpulos al servicio de los poderosos que ya han visto mal que yo defienda con más emoción el perfeccionamiento de la raza humana que el de los toros y perros argentinos…Entendemos que en muchos aspectos, la situación de los peones había llegado, en ciertas oportunidades, a ser una forma disimulada de la esclavitud.”(1)

Y así fue la enfurecida reacción de la Sociedad Rural cuando señalaba su rechazo a la medida, decía la institución oligárquica: “En la fijación de los salarios es primordial determinar el estándar de vida del peón común. Son a veces tan limitadas sus necesidades materiales que un remanente trae destinos socialmente poco interesantes. Últimamente se ha visto en la zona maicera entorpecerse la recolección debido a que con la abundancia de cereal y el buen jornal por bolsa, resulta que con pocos días de trabajo se consideran satisfechos… holgando los demás” “ El régimen de las faenas rurales no debe ser alterado y consideramos impracticable la tarea de fijar horarios de trabajo uniformes…¿O es que habrá que fijarle horarios de parición a las vacas y ovejas, a las moscas gusaneras, juicio a los corderos y terneros y la comida y engorde por etapa de los novillos?” (2)

La parasitaria oligarquía acusaba a los peones de vagos si cobraban salarios dignos, además acostumbrados como estaban los pobres a gastar poco, tener más podía ser la causa, de vaya a saber cuántos vicios, la Sociedad Rural se consideraba dueña del país y le resultaba insoportable que un coronel viniera a disponer sobre sus obreros que eran los más explotados del país.

Seguía el libelo de los terratenientes: “El trabajo de campo… por su propia índole, fue y es acción personal del patrón. Este actúa con frecuencia con los peones en la labor común, lo que acerca a las personas y establece una camaradería de trato, que algunos pueden confundir con el que da el amo al esclavo, cuando en realidad se parece más bien al de un padre con sus hijos”. (3)

Pero no sólo los terratenientes cuestionaron el Estatuto del Peón la mayoría de los partidos hizo saber su rechazo, hasta el stalinismo a través de Rodolfo Ghioldi expresó su discrepancia: “El Estatuto, bajo la apariencia de proteger al peón -sin ampararlo, en realidad- es, en suma, un estatuto contra los campesinos". (4)

Cuando se realizó la tradicional Exposición Rural varios oficiales presentes fueron abucheados como repudio al Estatuto del Perón, este se convertirá en uno de los pocos gobiernos de la historia que se animó a enfrentar la prepotencia de la oligarquía terrateniente, el presidente de la Sociedad Rural permanece detenido por cuatro días en Villa Devoto, se trataba de José María Bustillo, pero también lo acompañaron Silvano Santader, Carlos Saavedra Lamas, Eugenio Banco, y se procedió a allanar la sede de la Sociedad Rural.

En un discurso pronunciado en el Colegio Militar Perón efectuó una brillante radiografía de las clases dominantes nativas: “Es natural que contra esta reforma se hayan levantado las ‘fuerzas vivas’, que otros llaman ‘los vivos de la fuerza’, expresión tanto más acertada que la primera. ¿En qué consisten esas fuerzas? En la Bolsa de Comercio, 550 que viven traficando con lo que otros producen; en la Unión Industrial, 12 señores que no han sido jamás industriales; y en los ganaderos, señores que, como bien sabemos, desde la primera reunión de ganaderos vienen imponiendo al país una dictadura… Para nosotros hubiera sido mucho más fácil seguir el camino trillado ya y entregarnos a esas fuerzas que nos hubieran llenado de alabanzas. Entonces todos los diarios nos aplaudirían, pero los hombres de trabajo estarían en condiciones iguales o peores que antes. En ese sentido he sido el receptáculo de innumerables sugestiones. Les aseguro a ustedes que si yo me decidiera a entregar al país, mañana sería el hombre más popular de Buenos Aires…”(5)

En el mismo discurso Perón decía: “Están los grandes capitalistas, que han hecho los negocios vendiendo al país. Están los abogados que han servido a empresas extranjeras para encarnecer y vender el país; están algunos señores, detrás de ciertos embajadores haciendo causa común con ellos para combatirnos a nosotros, que somos los que estamos defendiendo al país; están los diarios pagados en los que aparecen artículos de fondo, con las mismas palabras enviadas desde una embajada extranjera y frente a una página pagada por la misma embajada”. (6)

Pero esta no fue la única medida impulsada por Perón a favor de los trabajadores hubo una innumerable cantidad de leyes y disposiciones que beneficiaban a los trabajadores y mejoraron sustancialmente su calidad de vida.
Pocas semanas después anuncia el régimen jubilatorio para los empleados de comercio, como consecuencia de ello el sindicato realiza una multitudinaria concentración de festejo donde habla Perón.

La Unión Industrial Argentina que tenía una posición muy similar a la Sociedad Rural, hizo saber su preocupación por que el Secretario de Trabajo era notoriamente favorable a los derechos de los trabajadores y se quejaba por medidas como la jubilación de los empleados de comercio.

El 8 de enero de 1945 son creados los Tribunales de Trabajo y el 24 de ese mes se extiende las vacaciones pagas a todos los trabajadores, muchas de estas medidas el día de hoy conforman parte de la relación laboral pero en aquel tiempo los trabajadores casi no tenían derecho alguno, mucho menos un lugar donde pleitear ya que la Justicia por lo general sentenciaba a favor del empleador, con los Tribunales del Trabajo comenzó una historia donde los trabajadores encontraron un lugar donde recurrir, con jueces bastante más sensibles que aquellos que forman parte de otros fueros por lo general están más dispuestos a beneficiar a las grandes corporaciones.

Debe aclararse que las sucesivas dictaduras y los gobiernos neoliberales tuvieron siempre en la mira amputar los derechos laborales con mayor o menor éxito, pero nunca la oligarquía dejó de alentar su derogación mediante el eufemismo de la flexibilización. Por estos días de macrismo estamos presenciando claramente un intento de estas características.

En enero de 1945 el gobierno interviene varias empresas alemanas y ordena el cierre de periódicos pronazis, el 20 de febrero se decreta el embargo de los fondos alemanes, estas decisiones promueven cierta distensión con los Estados Unidos, además como se produjo el reemplazo de Cordell Hull, un enemigo declarado de la Argentina, por Edward Stettinius como Secretario de Estado, que no tenía una posición tan agresiva.

El 13 de febrero se produce la famosa reunión en Yalta entre Roosevelt, Churchill y Stalin donde comienza a delinearse las áreas de influencia de cada una de las potencias que ya veían concluir la Segunda Guerra con un resultado favorable para ellos.

Mientras tanto en América se reúne la Conferencia Interamericana Especial sobre Problemas de Guerra y de Paz con la representación de los Estados Unidos y América Latina, menos la Argentina por la ruptura de relaciones diplomáticas, de la reunión surge el Acta de Chapultepec donde se establece la defensa común de América ante cualquier agresión externa o de cualquier país americano contra uno de los firmantes, se invita a la Argentina a adherir al acta.

La presión norteamericana se hace insoportable para el gobierno argentino, incluso no falta quien propone en el país del norte una agresión armada contra el único país latinoamericano que no estuvo dispuesto a obedecer los deseos imperiales, el 27 de marzo de 1945 cuando ambos países estaban prácticamente derrotados el país le declaraba la guerra a Alemania y Japón, el 9 de abril el gobierno norteamericano restablece relaciones diplomáticas con el país, Estados Unidos había retirado a su embajador el 29 de julio de 1944, un  tiempo después  también retiraron sus embajadores Inglaterra, México, Chile y Uruguay, en la siguiente Conferencia realizada en San Francisco el país se incorpora a la Naciones Unidas con el apoyo de los Estados Unidos y la reticencia de la Unión Soviética.

Perón y Jauretche discrepan por el tema de la ruptura de relaciones con las potencias del Eje, pero después el líder de FORJA reconocerá que el militar tenía razón, así lo expresó: “Después comprendí que en este asunto Perón tuvo razón, porque la guerra había terminado prácticamente, la entrada en la guerra no tenía significación en ese sentido y, por otro lado, la presión norteamericana y rusa era tan grande que podía romper la cortina de la resistencia a la intervención extranjera que existía en el resto del continente. El momento era trágico, decisivo, y la agresión norteamericana se fundaba en la supuesta posición nazi de la revolución argentina. Entonces, la declaración fue, en realidad, un gambito para sortear la presión norteamericana, para aligerarla. Reconozco que mi posición neutralista a ultranza, en ese momento, era contradictoria con los factores que había determinado nuestra neutralidad. Y si, en ese momento, el interés argentino exigía esa maniobra, nosotros debíamos ser leales con el interés argentino y no con una posición dogmática, dado que nuestro neutralismo no era dogmático sino contingente a las necesidades y conveniencias del país que para evitar la intervención exigía, en ese momento, esa posición. Con los años, he comprendido que Perón realizó la única maniobra que podía impedir o dilatar el acto agresivo que unificaba a todo el mundo contra la Argentina”. (7)

El 7 de mayo de 1945 Alemania se rinde, un tiempo después dos submarinos llegan a las costas argentinas y se rinden ante la Marina del país, estos sucesos se han prestado para innumerables historias fantásticas que van hasta la llegada de una fortuna en oro que habrían ido a parar a las arcas de los máximos dirigentes peronistas hasta que habría sido el propio Hitler quien estaba a bordo de uno de los submarinos, Page ha consultado las investigaciones realizadas por agentes de los Estados Unidos sin que ninguna de esas fabulosas historias hayan tenido algún viso de realidad aunque obviamente despierten el interés  de las personas ávidas de aventuras y otras siempre dispuestas a lanzar a rodar historias para desprestigiar al peronismo.

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(1) Norberto Galasso. Perón. Formación. Ascenso y Caída 1893 1955. Tomo I Colihue 2011 pag. 239

(2) Idem

(3) Idem pag. 240

(4) Idem

(5) Jorge Abelardo Ramos. La Era del Bonapartismo. Editorial Plus Ultra. 1973 pag. 143

(6) Idem pag. 144

(7) Galasso. Tomo I pag 251

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