El Forjista

Fue otro intento de golpe de estado

Por más que la prensa canalla intente convertir al Fiscal Nisman en héroe de la democracia, su absurda denuncia contra la presidenta, sin pruebas de ningún tipo, constituye un acto alevoso para desestabilizar a un gobierno democrático.

Nisman se sumergió en el turbio submundo de los servicios de inteligencia, nacionales e internacionales, no hay que olvidar que como mostraron los archivos de Wikileaks era informante de la embajada de los Estados Unidos, evidenciando como un sector de la Justicia termina subordinado al manejo de estos sectores que actúan desde las sombras con intereses a veces difícil de discernir, pero siempre contra el interés nacional.

Los ciudadanos suponíamos erróneamente que los miembros del Poder Judicial, sean jueces o fiscales debían actuar con cierta ecuanimidad e imparcialidad, sin embargo en sus últimos días vimos como el fiscal coordinaba su accionar con los grupos mediáticos y políticos opositores. Nisman llamó al operador político de Clarín y La Nación, Morales Solá para informarle de su presentación a la definió como "bomba", también se ha sabido de los múltiples comunicaciones con políticos de la oposición principalmente con dos diputadas del PRO, una de las cuales es financiada por la embajada de los Estados Unidos.

Aún no es posible determinar la causa de su muerte, sin embargo se puede afirmar, una vez conocida su denuncia, que el fiscal Nisman iba a pasar el papelón de su vida en la presentación ante el Congreso, con unas escuchas que muestran a dos personas que concertaban una reeunión para comer comida árabe y donde los supuestos implicados estaban literalmente en "babia" con respecto al Memorandum de Entendimiento con Irán.

Como han sugerido algunos, es posible que Nisman ni haya escrito esa denuncia, porque sino se hubiera dado cuenta que de esas escuchas se pueden obtener conclusiones que van en un sentido contrario de lo que se proponía demostrar, pues resulta evidente que el Canciller hizo lo contrario de lo que los escuchados pretendían, al cual además insultaron con una epíteto antisemita.

Como los sojeros en el 2008, como los especuladores con la corrida cambiaria a principios del 2014, como los Fondos Buitres y sus socios internos, desde hace algunos meses la oligarquía judicial se ha propuesto alterar el orden constitucional e intenta asaltar el poder mediante acciones como el armado de dos causas contra el vicepresidente, como la ridícula denuncia contra la presidenta por parte del juez de la servilleta, el impresentable Bonadío y ahora con esta denuncia de Nisman, que si no fuera por el final trágico del fiscal, hubiese tenido el destino de convertirse en guíón de una comedia de enredos.

Esta campaña antidemocrática comandada por un sector del Poder Judicial que no quiere perder privilegios y se propone para gobernar el país sin que nadie lo haya elegido para eso, tiene además como partícipes necesarios a sectores recientemente desplazados de los servicios de inteligencia, la participación infaltable del grupo Clarín y de algunos políticos principalmente de las dos diputadas del PRO.

Como ya estamos acostumbrados en los países latinoamericanos la embajada de los Estados Unidos maneja los piolines desde las sombra, pues varios de los implicados han mostrado un vergonzoso servilismo hacia los deseos de dominación de esa embajada.

Desde el grupo Clarín han comenzado a convocar a extravagantes personajes, algunos de los cuales estaban censurados por el grupo pero fueron perdonados por su antikirchnerismo, que han lanzado la idea de adelantar las elecciones y otras salidas claramente desestabilizadoras.

Mientras tanto vemos con preocupación a un adormilado kirchnerismo, que no sabemos si está esperando alguna nueva efeméride para movilizarse, en vez de hacerlo cuando las fuerzas de la oligarquía y sus socios imperiales están en pleno ataque conspirativo.

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