Ni aún
en los momentos más duros, Argentina dejó de generar
una cantidad importante de artistas.
Ni las dictaduras, ni las escasas posibilidades de trabajo, ni el
silencio de los grandes medios de comunicación pudieron frenar
la creatividad de nuestros artistas, que dieron muestras acabadas
de una inclaudicable voluntad acompañada por una calidad que
muchas veces resultó reconocida desde el exterior mucho antes
que aquí.
Las dictaduras los ubicaron al mismo nivel de los delincuentes más
peligrosos, su arte fue colocado fuera de ley porque incomodaba a
los tiranos.
Las difíciles condiciones imperantes en nuestra historia reciente
los hizo jugar el papel de ser la voz de los sin voz, de decir cosas
que cuestionaban el orden existente con un indudable riesgo para su
seguridad personal, apareciendo en las nefastas listas negras, que
era el prolegómeno para una amenaza de muerte o para emprender
el camino hacia el doloroso exilio.
Pero aún después en años de democracia, cuando
una buena parte de la población se encontraba obnubilada por
el menemismo o el delarruismo, y la gran prensa callaba sobre los
negociados y la entrega del patrimonio, fueron las voces de muchos
artistas que se alzaron para alertar sobre el daño que se estaba
produciendo.
Estos creadores nos hicieron pensar, mientras la televisión
basura nos convocaba a la evasión y la frivolidad, nos llamaron
a ver la realidad que nos trataban de ocultar.
No pocos de ellos dedican casi tanto tiempo a proyectos solidarios
como a ganarse su sustento, llevando alivio a lugares donde los políticos
sólo llegan en épocas de campañas electorales
con sus promesas que difícilmente se cumplen.
Como si fuera poco, también nos brindaron belleza, poesía,
diversión y una manera de sentir lo cotidiano, que la urgencia
del diario vivir muchas veces no nos deja percibir.
Por todo esto estamos orgullosos de nuestros artistas, lo queremos
expresar sin lugar a dudas y de la manera más categórica
posible principalmente porque hace unos días desde la Revista
Noticias, que forma parte del Grupo Perfil liderado por Jorge Fontevecchia,
en un artículo calumnioso se trató de presentar a un
grupo de artistas populares como obteniendo beneficios económicos
del actual gobierno.
Una solicitada firmada por gran cantidad de artistas respondió
a Noticias, con el título: “El obsceno ataque a los Artistas
Populares”
El sr. Fontevecchia quién apoyó a la dictadura desde
su Revista La Semana, no tiene ninguna autoridad moral para cuestionar
a quienes fueron perseguidos por ese nefasto régimen.
EL sr. Fontevecchia se ha convertido en un profeta del odio, calumniando
a quien no piensa de igual manera, inventando Apocalipsis que nunca
ocurren, pero además necesita mentir sobre su cuestionable
pasado.
Paradójicamente quienes más han apoyado a la dictadura,
más estrictos son con los gobiernos de la democracia, al menos
que haya la posibilidad de un negocio en cuyo caso recurrirán
a un piadoso silencio.
Quienes nada hicieron por obtener la democracia y la libertad de la
que gozamos en la actualidad, es obvio que les sea indiferente vivir
en democracia o dictadura, en cambio aquellos que arriesgaron su vida
y su bienestar por esta libertad es evidente que estén dispuestos
a defenderla más allá de los gobiernos de turno.
Casi siempre, los artistas han sido expresión de la libertad
y de la defensa de la vida, hoy más que nunca, los nuestros
reafirman esta convicción.
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