El Forjista

Elecciones del 9 de agosto de 2015

Las corporaciones periodísticas, tal como es su costumbre, ocultan deliberadamente algunas conclusiones de las elecciones realizadas el 9 de agosto con el fin evidente de llevar agua para su molino, que no es otro que la candidatura de Mauricio Macri, el representante de las clases pudientes que intentan regresar de su mano para imponer sus condiciones que significará la disminución del nivel de vida de las grandes mayorías.

Como consecuencia de lo señalado, el primer intento fue el de adornar los resultados para que no se notara la floja actuación de la oposición que ha consistido en que Macri sacara el 24 % y Massa un deslucido 14 %.

Algo que tampoco se ha mencionado en los medios de comunicación es la escasa representatividad de aquellos que parecen dormir dentro de los estudios televisivos del Grupo Clarín y que sin embargo ha obtenido apenas 2,3 % en el caso de Carrió y el 3,5% para Sanz, más conocido como el liquidador de la UCR.

La desesperación de la oligarquía nativa, ahora llamado "círculo rojo", a pesar que el color rojo siempre le causó pavor, la ha llevado a tratar de sugerir algunos enjuagues, no del todo legales, como el de imponer que alguno de los candidatos se baje para que su caballo de comisario llegue a la meta con posibilidades de triunfo, el que debería rendirse sin más, es Massa, que sigue soportando humillaciones por parte de las clases dominantes, sin reaccionar de ninguna forma, mostrando que para gobernar le faltan agallas para enfrentarlos, lo cual no sorprende teniendo en cuenta sus continuas alcahueterías en la embajada de los Estados Unidos.

Otra cuestión que se ha pasado por alto, es que no existe progresismo por fuera del kirchnerismo, la pésima elección de Stolbizer, con algunas participaciones que parecen emular a Elisa Carrió, y la total ausencia de apoyos a la candidatura de Víctor De Gennaro muestran hasta qué punto la centro izquierda sólo tiene una canalización posible a través de Frente para la Victoria.

Duele ver la decadencia de dirigentes como De Gennaro que tuvieron una participación muy decorosa durante la década infame menemista, pero ni bien llegó al gobierno alguien de signo inverso que representó la voluntad de los sectores populares, extraviaron el rumbo, tal vez por meras cuestiones de pérdida de protagonismo. Algo similar, aunque aún más vergonzoso ocurrió con Pino Solanas, que últimamente llora por los rincones su ruptura con Carrió que fue quién le permitió llegar a la senaduría con los votos gorilas de la CABA.

La izquierda sojera representada por Bodart y Vilma Ripoll tampoco llegó al mínimo para presentarse en las elecciones del 25 de octubre, a pesar de un gran despliegue propagandístico que tal vez no le permitan olvidar a los votantes, su participación junto a la Sociedad Rural cuando Cobos traicionó a quienes lo votaron para defender los intereses de la oligarquía terrateniente.

Las PASO trajeron algunas buenas noticias como fue la jubilación de Altamira, representante de la izquierda gorila, la derrota estrepitosa del conservador socialista, admirador de Capriles, Hermes Binner, y la derrota de algunos denominados "barones del conourbano", particularmente la de Otahece en Merlo, un político repleto de denuncias por apalear a sus rivales.

Un capítulo especial, sobre el que no abundaremos porque ya lo hemos mencionado en otra parte, es la vil patraña montada por el grupo Clarín, a través de dos de sus mercenarios, Carrió y Lanata, con la finalidad de perjudicar la candidatura a gobernador de Aníbal Fernández, la jugada les salió mal y quedó desmentida a los dos días cuando se supo que se había utilizado como set televisivo el living del departamento de Carrió, montando una escena teatral, que tenía como protagonista a un narcotraficante, aún nadie de la Justicia llamó a la diputada que utiliza su casa como aguantadero de delincuentes.

Sólo cabe especular cuáles serán las nuevas mentiras del grupo con el objetivo de intentar dañar la candidatura de Aníbal en Buenos Aires y Scioli para la presidencia, si bien, cada vez cuentan con menos credibilidad estas operaciones montadas por la corporación.

La opción no cambió, sigue siendo la misma desde 1983, o los argentinos vivimos en democracia o las corporaciones, a las que nadie eligió, siguen disponiendo de nuestras vidas y promoviendo crisis como las del 2001 que significó un saqueo liso llano de los bolsillos de los argentinos en beneficio de los bancos, las multinacionales y un reducido círculo de grupos económicos.

Volver a la Página Principal